Las personas con VIH/SIDA tienen derecho a disfrutar de la vida, a convivir con respeto, a oportunidades de trabajo, a un tratamiento médico de calidad y a un trato digno.
"La vida que me tocó es la que tengo. La enfrento, aunque a veces quisiera que fuera diferente. Si me pongo a llorar y lamento esta discapacidad, no me van a crecer los brazos otra vez. La lástima queda muy lejos de mí".